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viernes, 17 de junio de 2011

#005 The American (El Americano)

El otro día arrendé y vi esta película, que llegó al mercado latinoamericano con el nombre de “El Ocaso de un Asesino”; que basura de nombre, sobre todo cuando la traducción literal era mucho más sencilla y fiel al espíritu del nombre original. Entiendo que muchas veces resulta necesaria la interpretación y hasta la creación de un nuevo nombre, para la satisfacción de un mercado con otro idioma y otra cultura, pero aquí me parece que no era necesario.

Bueno, tema aparte.

La película pertenece a Focus Features y es del director Anton Corbjn. El protagonista está interpretado por George Cluney y es, hasta donde llegan mis conocimientos cinéfilos, el único autor conocido del filme. Jack (Cluney) es un asesino en las postrimerías de vida como tal.

Aunque como ya he dicho en entradas anteriores el tema de los asesinos, ladrones, policías, agentes y demás me gusta mucho, la verdad es que comencé a ver la película no con mucha esperanza… no sé por qué, seguramente por la poca publicidad, pero a poco andar la trama me atrapó. Comienza en Suecia, en el campo, todo con mucha nieve, allí se establece que se trata de un tipo frío. Luego la trama se transporta a Italia, y aunque las tomas de los paisajes rurales dejan mucho que desear (más parecen de la Patagonia Argentina que de Italia), las locaciones urbanas son soberbias. De Roma el protagonista se retira a un pueblo, Monte del Castelo, para desaparecer de escena por un tiempo mientras trabaja en un “encargo”, un arma para cometer cierto atentado. Allí conoce, o se relaciona, con muy poca gente, los cuales serán personajes secundarios; un cura, una puta y un mecánico. También conoce a una mujer la cual es la que le solicita el arma para el asesinato. Mientras trabaja en el arma, Jack intenta pasar inadvertido simulando ser fotógrafo por encargo; aquí tiene bastante participación el cura del pueblo, hombre suspicaz que en ocasiones pareciera tener el poder suficiente sobre el protagonista como para volverlo al recto camino, o por lo menos lo suficiente como para que éste cuestione sus malas prácticas.

La puta, Clara, a quien conoce por servicios prestados, inicia su papel muy tímidamente, pero comienza a ganar importancia a medida que avanza el filme, finalmente se hace un personaje totalmente querible, que logra capturar la atención de Jack, más allá de lo del simple cliente, a tal punto que también logra que éste cuestione el propósito de su vida y desee alcanzar el amor.

Hasta ahí todo bien, pero durante el filme no se abandona la condición de Jack y existe la omnipresente sugerencia de que es observado, y de cerca.

La música es discreta, pero presente y los diálogos son casi inexistentes, lo cual, derivado de la naturaleza de la película, se agradece y deja de manifiesto la gran capacidad del director, que logra atrapar con silencios y recursos únicamente cinematográficos.

El personaje del cura, del cual se esperaba más, al final pierde fuerza y hasta se torna un detalle incómodo.

Lamentablemente el final es decepcionante, o tal vez soy demasiado romántico, tanto así que esperé hasta el final de los créditos para ver si había algún epílogo, pero nada más que la cruda realidad e impotencia del final abrupto, abierto, pero sin mucha esperanza.

Mi calificación: discreta con tendencia a buena.

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